Es sobre un hombre que no solo soñó, sino que llevó a cabo ese sueño.
Él tenía una visión clara, crear computadoras que no solo fueran herramientas, sino extensiones intuitivas y hermosas de la mente humana.
Entonces se hizo una pregunta clave:
Pero antes de conocernos, una historia.
Es sobre un hombre que no solo soñó, sino que llevó a cabo ese sueño.
Él tenía una visión clara, crear computadoras que no solo fueran herramientas, sino extensiones intuitivas y hermosas de la mente humana.
Entonces se hizo una pregunta clave:
Al principio, intentó competir por precio y fracasó.
Las ventas no despegaban porque la identidad de su marca se diluía en un mar de clones. ¿Te suena?
Entonces llegó su gran epifanía. El precio no era el problema, el problema era la percepción del valor.
Ese fue el giro radical en la trama, y en su marca.
Dejó de hablar de especificaciones técnicas, números y cosas que el cliente no entendía y se propuso crear un Relato de Valor.
Así fue como Steve Jobs se convirtió en un maestro del storytelling, vendiendo sueños y la liberación creativa.
¡What! Sí, Steve Jobs estuvo en el mismo lugar que estás vos hoy.
Y como él mismo dijo: «La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñás.» (lo dijo en inglés, obvio).
Así, el éxito de Apple no se basó en el producto, sino en la Voz Propia que argumentó por qué ese producto valía tres veces más que el resto.
Justo ahora, estás en el lugar en el que estuvo Jobs. ¡Qué momento!
Es el segundo exacto en el que tenés que decidir.
Este es tu momento Jobs.
Ya sé, sentís que si no bajás el presupuesto, el cliente se va con la competencia.
Que si no aceptás ese cambio de último momento, sos «la difícil».
Que si no estás en todas las redes, no existís.
Y, obvio, mil cosas más.
Dejá de esperar a que el mercado te dé permiso.
La suerte dejala para las Cenicientas que esperan que el zapato les calce.
Las Estrategas, como Jobs y como vos, sabemos que el valor no se pide. Se construye y se argumenta.
Después de 25 años en el rubro gráfico —20 de ellos liderando mi propia imprenta—, aprendí una verdad incómoda: un diseño impecable no alcanza para sostener una marca.
Vi pasar miles de proyectos visualmente perfectos que se quedaron en el camino porque no tenían un argumento que los respaldara.
Entendí que el diseño es solo la mitad del éxito. La otra mitad es el esqueleto madre: la estructura y la narrativa.
Esa mitad es la que hace que tu trabajo no solo brille, sino que se imponga.
Por eso, no te enseño a diseñar. Eso ya lo hacés increíble.
Te enseño a construir el Argumento que transforma tu talento en algo innegociable.